Los sistemas de información geográfica, abreviados como SIG o más comúnmente como GIS, de acuerdo a sus siglas en inglés, son herramientas tecnológicas del campo de la geomática que cada vez tienen un uso más extendido entre los profesionales y aficionados al mismo, pero que siguen siendo ampliamente desconocidos por el público en general.

De acuerdo con la definición de Wikipedia, un SIG es “un conjunto de herramientas que integra y relaciona diversos componentes que permiten la organización, almacenamiento, manipulación, análisis y modelización de grandes cantidades de datos procedentes del mundo real que están vinculados a una referencia espacial, facilitando la incorporación de aspectos sociales-culturales, económicos y ambientales que conducen a la toma de decisiones de una manera más eficaz”. Esta definición extensa y quizá demasiado compleja se resume en que los SIG son herramientas que permiten asociar la información contenida en bases de datos con las posibilidades de gestión espacial que ofrece un visor geográfico. De esta forma, al poder georreferenciar la información contenida en la base de datos, es decir, darle una ubicación conocida, se añade una nueva dimensión (la espacial-geográfica) a las posibilidades de manejo de grandes volúmenes de datos que ya ofrecen herramientas tecnológicas más conocidas como las consultas SQL.

Su aplicación más cercana y conocida al usuario común se da en forma de aplicaciones como Google Maps, que permite visualizar y hacer consultas contra una inmensa base de datos de negocios y lugares de interés, en un entorno que permite la visualización y obtención de información de forma intuitiva y accesible.

Las aplicaciones profesionales de los sistemas de información geográfica han estado, de forma tradicional, más ligados a la administración pública, ya que estas herramientas adquieren su máxima utilidad cuando se aplican a infraestructuras de gran extensión y dispersión en el espacio, como pueden ser las infraestructuras de transporte o redes de distribución. Sin embargo el interés de la iniciativa privada por la tecnología SIG se desarrolla de forma creciente, ya que cada vez son más las empresas que descubren el potencial que estas herramientas les otorgan para la gestión espacial de sus clientes, instalaciones, delegaciones, proveedores o de cualquier activo que tenga un componente geográfico.

Teniendo en cuenta que como sociedad nos adentramos en una era donde el manejo de grandes volúmenes de información juega cada vez un papel de mayor importancia en la toma de decisiones, y que las posibilidades de interacción entre la tecnología de los SIG con otras tecnologías emergentes como los drones o el internet de las cosas, no es osado aventurar que el uso y posibilidades de los sistemas de información geográfica irán alcanzando nuevas cotas de extensión y aplicabilidad en un futuro próximo.

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